Movimiento afroperuano: entre el desinterés político y la ambigüedad del Estado

Por Martin Moya (Perú)
La arquitectura sobre la cual se construye la idea de comunidad nacional enuncia un sentido contradictorio de origen. Restringe la idea de comunidad y nación, a la comunidad de unos pocos, excluyendo y subalternizando a los “otros” a partir de marcadores étnicos como los rasgos y tonalidad de la piel, la adscripción cultural, o el uso de una lengua originaria. Callirgos (2018) citando a Rosaldo (1991) señala que la adquisición de la ciudadanía plena en el Estado-nación demandaba como condición el despojo de la identidad original.
En consecuencia, el vínculo y el reconocimiento de la ciudadanía, supuso para las poblaciones indígenas el abandono sistemático de sus referentes culturales más cercanos y visibles como la lengua, cuando no, procesos de negación que se vienen revirtiendo pero que en menor medida subsisten como doloroso ejemplo de los costos de la adscripción compulsiva a esta idea de comunidad nacional.
Fotografía: Centro de Desarrollo Étnico Cedet
Ahora bien, en el caso de los afrodescendientes sin la articulación de una lengua originaria de por medio y con una vinculación otra con la tierra y el territorio, el escenario es distinto. El proceso de asimilación no tiene como punto de partida la negación de la identidad étnica afroperuana –que por otra parte continua en proceso de fortalecimiento- pero si la subalternización de la misma a partir de un conjunto de estereotipos y prejuicios que sostienen el racismo y la exclusión.
Antropólogo con experiencia en Gestión Educativa Descentralizada e Intercultural, planificación, ejecución y monitoreo de programas y proyectos educativos con enfoque de desarrollo humano e interculturalidad. Ha sido Asesor de la Dirección Nacional de Educación Intercultural Bilingüe, consultor de Unicef y de otras instituciones nacionales y regionales. https://www.facebook.com/martin.moya.56